El medicamento homeopático
Estos provienen de extractos vegetales como, la Pulsatilla o el Lycopodium; de sustancias minerales como el Natrum Muriaticum, el Phosporus o el Mercurius; de sustancias de origen animal como el Lac caninum (leche de perra), Apis (abeja) y Cantaris (mosca española y por último, de algunas sustancias químicas de síntesis. Existe además un gran número de los llamados medicamentos bioterápicos, preparados de cultivos microbianos, que se utilizan frecuentemente como complemento del tratamiento. El Ministerio de Salud Francés reconoce la existencia de 1063 medicamentos homeopáticos.
Los medicamentos son preparados según un extenso y particular procedimiento de dilución y sucusión que permite asegurar la inexistencia de moléculas de la sustancia original (por ejemplo, del mercurio) en las dosis habitualmente empleadas. Por esta razón, una de las enormes ventajas del tratamiento con medicamentos homeopáticos reside en que estos carecen completamente de toxicidad o de efectos adversos y colaterales, lo que permite emplearlos en cachorros, ancianos o embarazadas con total seguridad.
Los medicamentos vienen generalmente en gotas, pero también pueden presentarse en glóbulos de azúcar o en microdosis de polvo de lactosa o microglóbulos. Las gotas se dan directamente en la boca, abriendo ligeramente el labio superior y mojando la encía. También se pueden colocar en el agua de bebida o en leche o yogurt. Tomando la precaución de enjuagar con agua corriente el gotero si toca la saliva del animal. Los glóbulos y microdosis se dan directamente en la boca o diluyéndolos previamente en agua o leche. También puede haber inyectables, pero no es algo poco frecuente.