Las vacunas son herramientas fundamentales para la lucha contra las enfermedades contagiosas, virales y graves. Los que vivimos la epidemia de parvovirus en los años 70 sabemos bien, lo que es tener una enfermedad muy grave y contagiosa y no contar con vacunas para controlarla. Debemos vacunar a los cachorros de perros y gatos con las vacunas necesarias, con la frecuencia necesaria para prevenir esas enfermedades. Y luego repetir todos los años o cada tres años según cada caso.
Como sabemos también las vacunas no son inocuas. Pueden producir trastornos, desde leves reacciones locales hasta graves tumores (fibrosarcomas) y también en animales susceptibles reacciones a distancias. Estadísticamente esos casos son pocos, pero al que le toca no piensa lo mismo.
Desde la homeopatía tenemos medicamentos para prevenir estos problemas: Sulphur, Silicea etc. También los llamados “nosodes” que son como vacunas homeopáticas que se utilizan para potenciar el efecto protector de las vacunas y disminuir al mismo tiempo los posibles efectos nocivos. Es por eso que cuando damos una vacuna al mismo tiempo colocamos el “antídoto” para que todo sea mucho mejor. Busquen por ahí el artículo sobre los nosodes.
Es decir que las vacunas son un mal imprescindible. Sólo debemos aplicar las que sean necesarias y con la frecuencia que cada caso por separado amerite, de acuerdo al tipo de animal y el lugar donde vive, es decir el riesgo a contagiarse que tenga.
Se debe aplicar una por vez y no varias al mismo tiempo: la quíntuple, rabia, leptospirosis, tos de las perreras van por separado. La triple, leucemia y rabia en gatos también van por separado. Esto también hay que evaluarlo individualmente ya que hay casos muy puntuales, donde se pueden dar juntas.
Hay vacunas que son imprescindibles: rabia, moquillo, parvo (en cachorros), triple felina. Hay otras que son optativas dependiendo de la zona, del riesgo de contagio, de los hábitos de vida (gatos que salen por los techos y la vacuna de leucemia). La de tos de las perreras es un caso especial, ya que la única efectiva es la intranasal, no es fácil de conseguir y es difícil de aplicar. La enfermedad es producida por una bacteria y no es grave por lo que la vacunación es sólo necesaria cuando hay mucho riesgo de contagio o en animales con riesgo especial. Aquí es donde el “nosode” es muy importante. Se utiliza en lugar de la vacuna, incluso en animales enfermos.
El coronavirus. Sólo necesario de usar en criaderos. No en animales que ya tienen un hogar.
Leptospirosis también se utiliza en zonas de riesgo. Hay que consultar con los veterinarios del barrio para saber si hay o no.
La de Leucemia Felina se utiliza en los llamados gatos de techo, que puedan estar en contacto con otros animales y el riesgo de contagio está presente.
Para finalizar es interesante mencionar que la tendencia mundial es a determinar anticuerpos antes de vacunar. La ciencia avanza y los métodos de laboratorio para estas determinaciones se vienen simplificando y abaratando. Es el futuro. Vacunar sólo a los que no tienen anticuerpos. Siempre hay que consultar al veterinario de cabecera sobre las vacunaciones. Esto es fundamental cuando hay campañas de vacunaciones masivas.. Hoy en día con todos los medios de comunicación que tenemos: mail, whatsapp, Face, Instagram o el viejo teléfono no tiene sentido no consultar antes de vacunar mal. Consultar con el veterinario y no con el Dr Google…