Los prospectos de ciertos medicamento rezan: “Un comprimido para perros y medio para gatos”, o “Diez gotas para perros, cinco para gatos”. Como si los gatos fueran la mitad de un perro. Pero los gatos, claro, son totalmente diferentes a los perros, a los caballos, a los osos, etc.
Los gatos son individuos que tienen la particularidad de ser solitarios, aunque muchos vivan en comunidades.
Presentan dos cualidades que los hacen pacientes ideales para la homeopatía: buscan siempre el equilibrio y son hipersensibles. Como el objetivo de los medicamentos homeopáticos es la homeostasis (o el equilibrio en todo sentido), y el medio para lograrlo es el estímulo energético del individuo, cuanto más sensible sea éste, mucho mejores serán los resultados.
Los gatos padecen un sinnúmero de patologías. Podemos agruparlas en:
A) Enfermedades producidas por distress (o “mal stress” - ver recuadro). Muchos problemas de piel y hormonales son producto de un distress. Incluso, el famoso y temido FUS (síndrome urológico felino, que provoca dificultades para orinar) puede tener origen en un distress.
B) Enfermedades virales: Los felinos son muy sensibles a todo tipo de virus: rinovirosis, calicivirosis, leucemia, inmunodeficiencia, etc.
C) Problemas de conducta o temperamento. Miedo, agresión, celos, problema de convivencia, etc. Los gatos son seres muy conservadores y no le gustan los cambios: los ponen nerviosos. Una mudanza, la llegada de otro animal o de un bebe; cualquier cambio en la vida cotidiana puede provocar ansiedad. Esta manifestará de diferentes formas: bulimia (comienzan a comer desesperadamente), anorexia (no quieren comer nada), vómitos, diarreas, agresiones, etc. En estos casos, el comportamiento se toca con el distress.
Todas las enfermedades reseñadas se manejan muy bien con homeopatía, sea esta individual (para cada caso un estudio especial y un medicamento) o grupal (poblaciones donde se trata y medica a todo el grupo).
Algunos de los medicamentos homeopáticos que se emplean en poblaciones son: antiestresantes, elevadores de defensas, antiparasitarios y reguladores del crecimiento. Cabe indicar que además de brindar excelentes resultados, son económicos.
TRATAMIENTO INDIVIDUAL
Veamos un ejemplo de tratamiento individual.
Kato, es un felino macho castrado de 3 años de edad. Robusto por no decir gordo, de hábitos sedentarios, duerme y come mucho, es friolento y asustadizo. Un buen día su tranquilidad se ve perturbada por la entrada de un gato vecino, que pretende invadir su territorio. A pesar de su miedo, Kato sale a defender lo suyo y ataca al vecino, quien finalmente huye por los techos de regreso a su casa.
Con todo, Kato, queda muy mal. Temblando, con estado de angustia, hipervigilante, ante cualquier ruidito, se sobresalta, esperando tal vez nuevamente al ataque. Esta situación de distress se mantiene durante unos días, hasta que Kato comienza a tener problemas para orinar. Va muchas veces a las piedritas pero solo elimina un chorrito. Luego unas gotitas, hasta que un día no puede orinar nada. El veterinario que lo atiende debe colocarle una sonda porque tiene un tapón mucoso obstruyendo su conducto urinario.
Le suministra un antiespasmódico, un antibiótico, un relajante y una dieta especial para gatos con problemas urinarios. Kato mejora... dos días, hasta que vuelve a taparse. Se repite entonces todo el tratamiento.
Luego de una semana de episodios reiterados y con un estado general bastante calamitoso, los dueños de Kato deciden visitar mi consultorio homeopático. Primero tratamos la urgencia: árnica para los efectos de los traumatismos (sonda, manejos, anestesias reiteradas, etc). y medicamentos para la cistitis, relajar la uretra y sacar el dolor. Sin embargo, al cabo de una conversación con los propietarios de Kato, podemos suponer (y luego constatar) que la verdadera causa de las complicaciones no es la comida, ni una infección, ni un virus. La verdadera causa es el distress, el estado de hipersensibilidad y miedo que generó la invasión del otro gato.
Esto en homeopatía se trata perfectamente con remedios para trastornos emocionales. Contamos con un verdadero arsenal de medicamentos para el stress, ya sea por miedo, por susto, por ansiedad, por trauma mental, por enojo, por indignación, por pena..., etc, etc, etc.
Kato fue tratado en forma integral, solucionando su problema agudo: la cistitis, la uretritis y el taponamiento. Y, por supuesto, también su problema profundo y causa de su FUS.
La alopatía no tiene herramientas para tratar al stress. Incluso a este tipo de cistitis las llama idiopáticas, es decir de origen desconocido. Por eso se suministran ansiolíticos, acidificantes, antibióticos y antiespasmódicos. Pero luego de superado el caso agudo, el problema regresa una y otra, y otra vez.
TRATAMIENTO GRUPAL
En una población de gatos se recogen muestras de materia fecal y se elabora un medicamento homeopático llamado “nosode”. Al darlo de tomar a toda la población en forma permanente se elevan las defensas contra los parásitos que ese grupo gatuno padece (coccidios, ancylostomas, etc.), y se mejora notablemente la salud de todos.
Lo mismo se hace con fluidos patológicos: secreciones oculares o mocos, tan común en lugares donde viven muchos felinos.
Ese otro nosode también se da en forma permanente junto con el agua o rociando los alimentos. De esta manera se van mejorando notablemente las enfermedades infecciosas. Y se trata de una solución mucho más efectiva y económica que andar todo el día con antiparasitarios y antibióticos.
Estos ejemplos son solo un par de ejemplos para ilustrar cómo encaramos desde la homeopatía la salud, en este caso, de los felinos domésticos.